Un agradable paseo en barco por el lago de Zúrich, las montañas cubiertas de nieve que se erigen majestuosas hacia tocar el cielo azul, chocolate fino y fundido. En nuestro Motel One Zúrich envolvemos el atractivo de la gran ciudad suiza en una combinación especial de diseño
Grüezi! Nuestro Motel One Zúrich le acoge en el edificio señorial y protegido de la antigua oficina de Correos de Selnau. Nuestra recepción le transporta al paisaje de cuento de los Alpes suizos. Las lámparas del diseñador Tom Dixon emulan el movimiento de los paisajes montañosos en la pared posterior. La luz indirecta del fondo ilumina el perfil montañoso con el fulgor del sol poniente y refleja la agradable tranquilidad que rodea a estos gigantes milenarios. ¿Una alegoría de la serenidad característica de los suizos? Es probable.
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Después de registrarse comienza la parte más encantadora de su estancia. El chocolate suizo comparte fama con el romanticismo indomable de las montañas.
Esta dulce tentación también destaca en la atmósfera de nuestro bar en Zúrich: el techo sobre la barra resplandece en color dorado y recuerda a los brillantes envoltorios del chocolate y las lámparas cuelgan del techo como si se tratase de gotas de chocolate. También resultan irresistibles los sillones y sofás de Arketipo y Baxter en tonalidades caramelo y chocolate.
Además de estas delicias para la vista, también hay «auténticos» manjares. En invierno puede entrar en calor saboreando un chocolate caliente y los días de verano refrescarse con un sorbete de chocolate. También puede degustar la colección de bombones que los artesanos de Max Chocolatier han creado en Lucerna especialmente para nosotros. ¡Cuidado! Estas pequeñas obras de arte abren el apetito.
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Y después de degustar tanto dulce, no vendría mal un poco de ejercicio, ¿verdad? Desde el Lounge y la zona de desayuno descubrirá todo lo que le aguarda en el lago de Zúrich con solo cruzar el umbral de la puerta: allí podrá remar, nadar, bucear y navegar. Hélices de barco doradas, espejos redondos en forma de ojos de buey, miniaturas de modelos de barco de la legendaria empresa Boesch y livianas lámparas de Bocci inspiran a emprender una larga travesía para disfrutar de la brisa del lago.
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