Microplásticos

Amenaza invisible 

Los microplásticos van de boca en boca, y lamentablemente, en sentido literal. Las partículas de plástico, que tienen un diámetro inferior a cinco milímetros, se encuentran en cualquier parte del mundo, desde las profundidades del océano hasta los picos de las montañas más altas, en el aire que respiramos y en el agua que bebemos. 
 
Se distingue entre microplásticos secundarios, que son los que se forman por la erosión de residuos plásticos de mayor tamaño, y microplásticos primarios, que son los plásticos fabricados por cuenta propia, que se desechan en forma de bolas, granulado, fibras de pequeño tamaño, así como en productos líquidos como cosméticos, detergentes o abonos. (Fuente: Greenpeace) 

El camino hacia el mar 

Desde hace algún tiempo se viene demostrando la presencia de microplásticos en el agua del mar y también en el agua potable. Pero ¿cómo han llegado las partículas hasta allí? Los residuos plásticos, que se vierten descuidadamente en la naturaleza y que llegan a ríos y mares, y los demás residuos de los vertederos se descomponen con el tiempo debido a factores como la erosión, la luz ultravioleta, la sal, las bacterias y las oscilaciones térmicas, y acaban en los ciclos naturales. (Fuente: WWF) 

Los microplásticos primarios que se encuentran, con frecuencia, en los productos cosméticos o detergentes, llegan al agua al ducharnos o limpiar, y acaban en los mares transportados por los ríos y las depuradoras de agua. Allí se absorben por los organismos marinos y, finalmente, acaban en nuestros platos cuando comemos pescado o marisco. (Fuente: Nürtinger Zeitung)