¡Le damos la bienvenida al pueblo más urbanita de Austria! ¿A que no sabía que los auténticos tiroleses se refieren a Innsbruck cariñosamente como un «pueblo demasiado grande»? Y con razón: la quinta ciudad más grande de la república alpina es una fantasía rural que desprende aires de big city. ¿Quiere que se lo demostremos? Desde nuestro Motel One Innsbruck tendrá esta pequeña gran ciudad a sus pies.

Hotel en Innsbruck: un chalé en los Alpes y en la gran ciudad

¡Tenemos buenas noticias! Quien tenga ganas de desconectar en un chalé en los Alpes, no tendrá que conquistar la cordillera Nordkette. De verdad. Este chalé se encuentra en el centro de la ciudad. Justo al lado de la estación central, este hotel le trae las montañas al valle. Siéntese cómodamente en los sillones de terciopelo mientras se calienta junto a la chimenea y su fuego chisporroteante. Ya lo verá: el televisor de pantalla plana del vestíbulo es tan agradable y hogareño como una estufa tradicional tirolesa.

¿Le apetece tomar algo? Dese un capricho refrescante en nuestro bar, relájese en los sofás de estilo rural y disfrute las vistas a la Nordkette. Como no podemos mover las montañas para decorar nuestro hotel, hemos pintado las paredes acristaladas del vestíbulo al moderno estilo fine arts, inspirándonos en los elementos de la naturaleza. Sin lugar a dudas, nunca había experimentado los Alpes tiroleses desde esa perspectiva.

¿Quiere ver los originales? Desde nuestro económico hotel podrá maravillarse con la belleza de la cordillera muy de cerca, que rodea el valle desde el casco antiguo hasta la ciudad nueva, como si fuera el guardián del lugar.

Hablando del casco antiguo de Innsbruck: sus estrechas calles empedradas y las ornamentadas casas de entramado también están al lado del hotel. Pasee tranquilamente por el centro histórico, visite Dom zu St. Jakob —la catedral de Innsbruck— y hágase un selfie frente al Tejado Dorado, el pequeño gran tesoro de la ciudad. ¿Empieza a tener hambre? Le espera una excursión llena de aventuras por el lugar, así que coja fuerzas con una gran porción de Speckknödel y un pastelito Kiachl. Su viaje por Innsbruck aún no ha acabado. Ahora que ya conoce el lado divertido y urbanita de la ciudad, ¿le gustaría explorar una faceta más tranquila y natural?

Hotel en Innsbruck en las faldas de la naturaleza tirolesa

¿Sabe qué se siente al volar? ¡Descúbralo usted mismo! Desde el trampolín de salto de esquí de Bergisel llegará a lo más alto. El elegante gigante de acero de la famosa arquitecta Zaha Hadid le pondrá nervioso incluso desde la distancia. Después de ese momento de adrenalina, puede bajar las pulsaciones tomándose de un café y un pedazo de tarta en el restaurante Bergisel Sky.

Ahora, la ruta hacia las alturas puede continuar en el teleférico Nordkettebahn. Desde las cabinas transparentes disfrutará de una impactante vista de 360° sobre el maravilloso paisaje alpino. Y ¿quién sabe? Quizá vea alguna cabra montesa o una marmota si observa con atención, pues el Tirol es además conocido por ser el hogar de estas dos especies.